Un grupo de expertos en salud mental procedentes de la investigación, la industria, los organismos reguladores, entre los cuales se encuentra Josep Antoni Ramos Quiroga, jefe del Servicio de Salud Mental del Hospital Vall d’Hebron y del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del Vall d’Hebron Recerca e investigador del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) han propuesto nuevos criterios consensuados para definir el tipo de depresión que los medicamentos y terapias actuales no pueden tratar eficazmente. El informe pretende ofrecer definiciones coherentes para futuras investigaciones y, sobre todo, para el diseño de ensayos clínicos de nuevos medicamentos, con el objetivo de ayudar a desarrollar tratamientos más adaptados y eficaces para las personas que padecen esta enfermedad.
El trabajo, publicado en Molecular Psychiatry, forma parte del proyecto EUropean Patient-cEntric clinicAl tRial pLatforms, Innovative Medicines Initiative (EU-PEARL, IMI) coordinado por el VHIR, una asociación estratégica público-privada financiada por la Innovative Medicines Initiative (IMI)-2 Joint Undertaking (acuerdo de subvención nº 853966) para liderar el diseño de protocolos para futuros ensayos de plataformas en diferentes enfermedades, incluyendo la MDD.
El informe utilizó un método muy conocido para lograr el consenso, el método Delphi, que recogió y resumió las opiniones de más de 60 expertos en el campo de la depresión. El informe fue dirigido por investigadores del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) del King's College de Londres y del Centro de Investigación Biomédica Maudsley del Instituto Nacional de Investigación Sanitaria (NIHR).
La depresión resistente al tratamiento (DTR) afecta hasta al 30 por ciento de los adultos con trastorno depresivo mayor, que es una condición clínica caracterizada por sentimientos persistentes de tristeza y pérdida de interés que experimentan alrededor de 230 millones de personas en todo el mundo.
El término DTR se utiliza para describir a aquellas personas que no han respondido a los tratamientos antidepresivos "adecuados", pero existe una falta de consenso en torno al concepto y a lo que se entiende por tratamientos "adecuados".
Los autores descubrieron que existen variaciones en torno a cómo se define la DTR, y que sólo un tercio de los estudios sobre DTR inscriben a participantes que cumplen la definición más común de haber experimentado al menos dos fracasos con enfoques antidepresivos. Además, según el informe, sólo uno de cada cinco estudios inscribe a participantes que cumplen los criterios adicionales de dosis y duración adecuadas de los medicamentos. Esto pone en duda la aplicabilidad de los resultados de la investigación al mundo real y dificulta potencialmente el avance en el desarrollo de nuevos tratamientos.
Hasta ahora, existe confusión sobre qué se entiende por depresión resistente al tratamiento tanto en investigación como en la práctica clínica y esto crea una barrera para evaluar eficazmente los tratamientos actuales y futuros. Según afirma el Dr. Luca Sforzini, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) del King's College de Londres, y primer autor del trabajo, “para solucionar esto, el informe convocó a una serie de expertos para proporcionar una definición consensuada que esperamos pueda apoyar y acelerar el tan necesario progreso en este campo y permitir el desarrollo de nuevos enfoques efectivos de tratamiento, que finalmente ayuden a las personas con depresión".
Actualmente, hay muchos antidepresivos disponibles, pero todavía hay pacientes que responden sólo parcialmente o son resistentes a los tratamientos. El informe recomienda que se adopte una definición más clara de DRT: esto clasificaría a las personas como DRT cuando experimenten una reducción mínima de los síntomas (en un 25% o menos) tras el uso de al menos dos antidepresivos. También sugirieron hacer una distinción entre la DRT y la depresión parcialmente receptiva (DPR), en la que las personas con DPR muestran una reducción de entre el 25 y el 50% de los síntomas con al menos un antidepresivo. Esta diferenciación entre estos niveles de resistencia al tratamiento será útil para identificar quiénes serán apropiados para ciertos ensayos y para posibles tratamientos. Para el Dr. Josep Antoni Ramos Quiroga, "este trabajo es la base para desarrollar una plataforma de investigación integrada centrada en la DRT. El plan es llevar a cabo por primera vez en DRT ensayos clínicos adaptativos con las nuevas moléculas en investigación".
En el caso de la DRT, el estudio también pidió una mayor claridad en cuanto a acotar en el tiempo, de modo que sólo se diagnostique DRT a quienes no respondan al tratamiento dentro del episodio actual de depresión. Junto a esto, los autores coincidieron en que la definición de DRT debe ser lo más inclusiva posible en cuanto a otros tipos de tratamientos, de modo que no excluya a las personas que hayan fracasado en la psicoterapia o en algunas técnicas de estimulación cerebral.
Los autores también recomiendan una estandarización y práctica compartida en el ámbito de la evaluación de la depresión en cuanto a las herramientas que se utilizan para proporcionar un diagnóstico o evaluar el cambio de los síntomas depresivos. La recogida de datos biológicos, como muestras de sangre y escáneres cerebrales, debe hacerse de forma coherente con el objetivo de identificar posibles marcadores o medidas que puedan identificar a personas con diferentes formas de depresión que puedan responder a diferentes tipos de tratamiento.
El estudio forma parte del proyecto EUropean Patient-cEntric clinicAl tRial pLatforms, Innovative Medicines Initiative (EU-PEARL, IMI) coordinado por el Vall Hebron Recerca, una asociación estratégica público-privada financiada por la Innovative Medicines Initiative (IMI)-2 Joint Undertaking (acuerdo de subvención nº 853966) para liderar el diseño de protocolos maestros para futuros ensayos de plataformas en diferentes enfermedades, incluyendo el MDD.
Referencia del artículo
A Delphi-method-based consensus guideline for definition of treatment-resistant depression for clinical trials