Un estudio retrospectivo publicado en Journal of Fungi por investigadores del servicio de Microbiología Clínica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (HGUGM), pertenecientes al grupo del CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) coordinado por Patricia Muñoz demuestra que la incidencia de candidemia aumentó en los pacientes con COVID-19 principalmente en los pacientes críticos que recibían nutrición parenteral o corticosteroides. El estudio analiza todos los casos de candidemia en el HGUGM durante 2019-2020.
La candidemia se produce cuando un tipo de hongo (Candida) llega al torrente sanguíneo y se presenta cuando la persona ya está enferma o en el hospital, siendo los síntomas más frecuentes la fiebre y los escalofríos.
Durante la pandemia por COVID-19, se han publicado multitud de artículos acerca del papel de la infección nosocomial o intrahospitalaria en los pacientes ingresados por neumonía SARS-CoV-2. La mayoría de estos estudios se centran en las infecciones intrahospitalarias de causa bacteriana. No obstante, la información disponible en relación a la infección por Candida, esencialmente candidemia, es limitada. Los datos sobre la candidemia en pacientes con COVID-19 se limitan generalmente a informes de casos o a pequeñas series de pacientes de diferentes áreas geográficas. Además, la información sobre la comparativa entre los episodios de candidemia en pacientes con y sin COVID-19 es heterogénea.
En este artículo se compara la incidencia y las características clínicas de la candidemia en los pacientes con y sin COVID-19, unificando en este último grupo todos los episodios de 2019 y 2020 para asegurar la ausencia de sesgos debidos a las restricciones de los ingresos hospitalarios durante la situación de pandemia. También se evaluó el posible aumento de la transmisión de Candida de paciente a paciente mediante genotipado de las cepas, así como la tasa de resistencia a los antifúngicos, incluyendo el estudio de la actividad de un nuevo fármaco, el ibrexafungerp.
Se trata de un estudio retrospectivo en el que se analizan todos los episodios de candidemia entre enero de 2019 y diciembre de 2020 en el HGUGM. Por otro lado, se ha realizado genotipado de la mayoría de los aislamientos de Candida, para conformar un análisis de la posibilidad de brotes como causantes del aumento de incidencia en los pacientes con COVID-19.
En total, se detectaron 103 episodios de candidemia (101 pacientes), 46 en 2019 y 57 en 2020. 32 episodios se produjeron en pacientes con COVID-19 (31,1%) y 71 sin COVID-19 (68,9%). La candidemia en pacientes con COVID-19 se produjo principalmente durante la primera de la pandemia (20/32; 62,5%), 11 en la segunda ola (34,4%) y un episodio en la tercera ola (3,1%).
Los resultados muestran un aumento claro de la incidencia de candidemia en los pacientes con COVID-19 respecto a los no COVID-19. La incidencia de la candidemia fue de 4,73 episodios por 1000 ingresos en el grupo COVID-19 y 0,85 en el grupo sin COVID-19 (p < 0,001); asimismo, la densidad de incidencia por 10.000 días de estancia fue de 3,22 y 1,14, respectivamente (p < 0,001). La mayoría de episodios de candidemia estuvo relacionada con el catéter.
C. albicans fue la especie más comúnmente encontrada (58%), seguida de C. parapsilosis (15,2%), C. glabrata (11,4%), C. tropicalis (9,5%), C. krusei (5%) y C. kefyr (0,9%). No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la epidemiología deespecies entre ambos grupos de pacientes. En cuanto a la sensibilidad antifúngica, en general, la tasa de resistencia al fluconazol y equinocandinas fue del 7,8% y del 1%, respectivamente. La resistencia a los azoles se debió principalmente debido a la presencia de aislados de C. krusei. Todas las cepas testadas fueron sensibles a ibrexafungerp.
De los 88 aislados de C. albicans, C. parapsilosis y C. tropicalis genotipados, se encontraron dos brotes de C. albicans que implicaban a pacientes con COVID-19. Un brote implicaba a dos pacientes ingresados en la UCI en los que se diagnosticó candidemia en abril de 2020; el otro brote implicaba a dos pacientes ingresados en la UCI postquirúrgica en abril de 2020. Todos los pacientes implicados en brotes tenían candidemia relacionada con el catéter, sugiriendo transmisión paciente-paciente. No se detectó ningún brote en pacientes sin COVID-19 en 2019 ni en 2020.
En conclusión, este estudio demuestra que la incidencia de candidemia aumentó en los pacientes con COVID-19, principalmente en los pacientes críticos que recibían nutrición parenteral o corticosteroides. También se concluyó que, aunque las políticas de control de la infección y los programas de administración de antimicrobianos se vieron considerablemente afectados durante la pandemia, no se produjo un aumento notable del número de transmisión de casos de candidemia entre pacientes mediante brotes ni de la tasa de resistencia a los antifúngicos. Por último, se debe prestar especial atención al manejo correcto de los catéteres en este tipo de pacientes.
Referencia del artículo:
Marina Machado, Agustín Estévez, Carlos Sánchez-Carrillo, Jesús Guinea, Pilar Escribano, Roberto Alonso, Maricela Valerio, Belén Padilla, Emilio Bouza and Patricia Muñoz.