Las investigaciones demuestran que la cobertura de los medios de comunicación sobre el suicidio puede aumentar la probabilidad de que se produzcan posteriores imitaciones, en lo que se conoce como “efecto Werther”. Sin embargo, una cobertura mediática centrada en el ejemplo de aquellas personas que ante la conducta suicida buscan ayuda y superan la crisis puede tener un efecto positivo. Con el objetivo de contribuir a un adecuado enfoque de estas noticias, el CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) acaba de difundir la ‘Guía para periodistas sobre la cobertura mediática del suicidio’. El manual, que pretende ofrecer a los profesionales de la información consejos prácticos sobre cómo informar de forma responsable sobre el suicidio, es parte de las acciones que contempla el Proyecto europeo EAAD-Best para la detección precoz de la depresión y la prevención del suicidio en la UE, que en España coordina el CIBERSAM.
“Los periodistas juegan un papel importante y positivo en la prevención de los suicidios, ya sea mediante una información responsable, aumentando la conciencia pública y reduciendo el estigma relacionado con las enfermedades mentales, o mejorando la conducta de búsqueda de ayuda de las personas con enfermedades mentales”, subraya Víctor Pérez Sola, investigador del CIBERSAM, jefe de Psiquiatría del Hospital del Mar y coordinador del Grupo de investigación en Salud Mental del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar), que es el responsable de la coordinación de la iniciativa EAAD-Best en España.
Una revisión reciente de los estudios en este campo ha reportado que en el período de 1 a 2 meses después de que los medios de comunicación informen de la muerte de un famoso por suicidio, el número de suicidios parece aumentar entre un 8 y un 18%; y cuando se informa de un método de suicidio específico, hay un aumento de entre un 18 y un 44% en el riesgo de suicidio por el mismo método. Así ha podido comprobarse tras muertes muy mediáticas como la de Marilyn Monroe, pero también otras más recientes como la de Robin Williams. Por ello, la Guía recoge pautas sobre cómo se debe y cómo no se debe informar.
Evitar que estas informaciones vayan destacadas en la publicación y limitar la duración de la cobertura, huir de titulares sensacionalistas, así como no incluir descripción de los detalles, son consejos básicos. Pero la Guía incide especialmente en que no debe nunca presentarse el suicidio como una solución comprensible ante una crisis, ni describirse como algo inexplicable y sin señales de advertencia, ni simplificar las causas del suicidio a un único acontecimiento.
Asimismo, animan a presentar los suicidios como un problema de salud pública, informando de los mismos en el contexto de una enfermedad mental, e incluir, en la medida de lo posible, la opinión de profesionales expertos en prevención del suicidio (psiquiatras, psicólogos). Y, en esta línea, debe siempre destacarse qué tratamientos o ayuda profesional están disponibles, facilitando datos de contacto para el acceso a estos recursos de apoyo.
La depresión es la causa más importante de la conducta suicida. Cada año ocurren alrededor de 800.000 suicidios consumados en todo el mundo, de los que un 90% ocurren en el contexto de un trastorno psiquiátrico, principalmente la depresión. El Proyecto EAAD-Best es una iniciativa de la Alianza Europea contra la Depresión (EAAD) financiada por la Unión Europea para mejorar el tratamiento de la depresión y prevenir el suicidio a través de intervenciones comunitarias.
El Proyecto acaba de echar a andar en tres Comunidades españolas: Andalucía, Comunidad Valenciana y Galicia. Para ello, bajo la coordinación de investigadores del CIBERSAM, cuenta con la colaboración del Hospital Universitario Virgen del Rocío y la Universidad de Sevilla (coordinador regional Benedicto Crespo Facorro), El Hospital Clínico Universitario y la Universidad de Valencia (coordinador regional Eduardo Jesús Aguilar García-Iturrospe), y el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo - Sergas (coordinador regional José Manuel Olivares).
“Estos centros españoles de excelencia en cuanto a la investigación y la intervención en salud mental, unen sus fuerzas para mejorar el tratamiento de la depresión y prevenir el suicidio, reducir el estigma, mejorar la educación en salud mental y fomentar la búsqueda de ayuda por parte de las personas afectadas”, explica el coordinador general de este proyecto desde el CIBERSAM, Víctor Pérez Sola.
La intervención que se llevará a cabo en estas comunidades autónomas incluye diversas actividades destinadas a mejorar la atención de la depresión y la prevención del suicidio, realizando acciones específicas en cuatro niveles. El primero se centra en la formación para médicos de atención primaria y profesionales de la salud mental sobre cómo reconocer y tratar la depresión y explorar las tendencias suicidas en el ámbito de la atención primaria. El segundo aspecto incluye campañas de concienciación sobre la depresión para el público general, con el objetivo de mejorar el conocimiento acerca de los tratamientos adecuados para la depresión, disminuir las actitudes de estigmatización hacia la depresión y estimular el comportamiento de búsqueda de ayuda. En tercer lugar, se contempla la formación para profesionales y facilitadores comunitarios (por ejemplo, farmacéuticos, profesores, sacerdotes, policías o periodistas), con el objetivo de aumentar sus conocimientos sobre los trastornos depresivos y poder proporcionar ayuda en caso de detectar riesgo de suicidio. Y, además, se prevé una cuarta línea de acción centrada en actividades de apoyo a pacientes, familiares y grupos de alto riesgo para garantizar el acceso directo a la atención de la depresión y a la ayuda profesional en una crisis suicida (por ejemplo, apoyando la creación y continuidad de grupos regionales de autoayuda o líneas telefónicas de ayuda). En este campo, también promoverá la utilización de la herramienta iFightDepression®, un programa online para la autogestión de los síntomas depresivos de leves a moderados, y su página web para la prevención y concienciación sobre la depresión y la conducta suicida.
Esta intervención en cuatro niveles diseñada por la EAAD ha sido reconocida como un programa de intervención de “Mejores Prácticas para la prevención del suicidio” en el informe de la OMS y el Libro Verde de la Comisión Europea sobre Salud Mental. La estrategia se ha implementado ya en 120 regiones en 15 países dentro y fuera de la UE, a las que ahora se suman otras tres Comunidades españolas: Galicia, Andalucía y la Comunidad Valenciana.