Un estudio perteneciente al proyecto CIBERESUCICOVID coordinado por Antoni Torres, jefe de grupo del CIBERES en el Hospital Clinic de Barcelona encuentra que la mortalidad a un año fue del 35% para los pacientes ingresados en la UCI por COVID-19. Asimismo, determina que fue de 14% en pacientes con ventilación no invasiva (83 de 592 pacientes) y 40% en pacientes que recibieron ventilación mecánica invasiva (1000 de 2507 pacientes), respectivamente.
Solo el 1% de los pacientes dados de alta fallecieron dentro del primer año de seguimiento. En comparación con otras causas de neumonía, la mortalidad a largo plazo relacionada con la COVID-19 es menor. De hecho, las tasas de mortalidad en neumonía adquirida en la comunidad grave aumentaron del 27% a los 30 días al 47 % al año, principalmente debido a eventos cardiovasculares.
Las tasas de mortalidad no aumentaron a pesar que la COVID-19 grave causa discapacidades como resultado del síndrome post UCI y la COVID persistente. La razón de por qué estos pacientes tuvieron menor mortalidad y reingresos después del alta no es clara; sin embargo, un seguimiento estrecho, menos comorbilidades y menos secuelas cardiovasculares pueden explicar tal observación.
"Los resultados de este estudio publicado en Intensive Care Medicine resaltan que aquellos pacientes que sobreviven a su ingreso en la UCI/Hospital presentan buen pronóstico. Los esfuerzos en el cuidado posterior al ingreso en UCI deben estar centrados en la rehabilitación" subrayan los investigadores.
Referencia del artículo:
One year mortality after ICU admisión due to COVID-19 infection.
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