El cáncer de las vías biliares, también conocido como colangiocarcinoma (CCA) es una neoplasia rara y agresiva que se detecta frecuentemente en una etapa avanzada de la enfermedad. Es responsable del 2% de los fallecimientos por cáncer en el mundo cada año y representa el 15% de todos los tumores hepáticos primarios y el 3% de los gastrointestinales.
Para mejorar la detección precoz y su diagnóstico, se ha impulsado el estudio multicéntrico internacional más grande y completo, coordinado por investigadores del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) y que ha sido publicado en Journal of Hepatology con motivo del Día Mundial de esta enfermedad, el 12 de febrero.
En este trabajo, que ha configurado un ‘mapa’ de la enfermedad a partir del estudio de más de 2.200 pacientes diagnosticados entre 2010 y 2019, han participado los investigadores del CIBEREHD Jesús Bañales y Luis Bujanda, del Instituto Biodonostia de San Sebastián; José Juan García Marín y Rocío Macías (Universidad de Salamanca), Alejandro Forner (Hospital Clínic de Barcelona) e investigadores de la Clínica Universidad de Navarra y el Hospital Universitario 12 de Octubre. Entre otras fuentes financiadoras, los investigadores han contado con el apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer, dentro de su compromiso por impulsar la investigación de todos los tipos de cáncer.
El coordinador del estudio Jesús Bañales afirma que “el CCA es un cáncer raro, pero su incidencia está aumentando en todo el mundo por lo que debemos dejar de tratarlo como una enfermedad huérfana. Aunque supone un gran desafío, faltan estudios paneuropeos multidisciplinarios coordinados, por lo que decidimos desarrollar el registro de la Red Europea para el Estudio del Colangiocarcinoma (ENSCCA), creado en 2015, para recopilar información vital”.
En el estudio observacional internacional más completo hasta la fecha, los investigadores evaluaron el curso natural del colangiocarcinoma en 2.200 pacientes de 26 hospitales en 11 países europeos. En el momento de su diagnóstico, el 42,2% tenía enfermedad local, el 29,4% localmente avanzada y el 28,4% presentaba metástasis.
Con estos datos, se compararon las características generales y específicas del tipo de tumor en el momento del diagnóstico, los factores de riesgo, la precisión de los biomarcadores actuales, así como las similitudes y diferencias entre los tres subtipos de CCA según la clasificación de la OMS por su origen anatómico (intrahepático, perihiliar o distal) y el tratamiento y sus resultados.
Los resultados sugieren que la ubicación del tumor a lo largo del sistema biliar se asocia con diferentes factores de riesgo y el diagnóstico necesitan su confirmación mediante biopsia o citología, ya que los análisis de biomarcadores tumorales en sangre muestran baja sensibilidad en etapas tempranas de la enfermedad.
Según explica el jefe de grupo del CIBEREHD en el Instituto Biodonostia, Luis Bujanda, “la resección quirúrgica sigue siendo la única terapia potencialmente curativa, aunque escaso efecto terapéutico cuando el cáncer se encuentra diseminado en los ganglios linfáticos. Asimismo, detectamos que la quimioterapia aumenta la esperanza de vida de los pacientes, y que el deterioro del estado funcional del paciente, la presencia de metástasis y el aumento de los niveles del marcador CA19-9 afectaron al resultado de forma independiente”.
Asimismo, un análisis comparativo de los factores de riesgo de las tres ubicaciones diferentes de los tumores reveló factores de riesgo potenciales relacionados con el estilo de vida, como el exceso de alcohol, el tabaquismo, sobrepeso y diabetes, muy prevalentes en Europa y que podrían predisponer a las personas en riesgo a desarrollar colangiocarcinoma.
“En conclusión, nuestro estudio proporciona un análisis exhaustivo de los aspectos diagnósticos, terapéuticos y pronósticos del complejo panorama del CCA”, comenta Jesús Bañales “Los resultados mostraron que el CCA se diagnostica principalmente en una etapa avanzada, una proporción significativa de pacientes no recibe ninguna terapia específica para el cáncer y el pronóstico es malo, con opciones terapéuticas limitadas”, indica.
En consecuencia, se necesitan con urgencia campañas de concienciación y programas educativos dirigidos a prevenir los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida y nuevas técnicas para la detección temprana del CCA en poblaciones de alto riesgo para disminuir la mortalidad relacionada con el cáncer. “Nuestros hallazgos representan un conocimiento valioso para futuras comparaciones con nuevas terapias dirigidas y el diseño de ensayos clínicos personalizados de próxima generación”, concluyen los investigadores.
Esquema de pacientes con colangiocarcinoma (CCA) en el registro ENSCAA, que muestra las características basales (incluidos los factores de riesgo), características del tumor y biomarcadores, manejo y factores pronósticos independientes para los tres subtipos de CCA: iCCA (intrahepático); pCCA (perihiliar); y dCCA (distal) (Crédito: Revista de Hepatología).
Referencia del artículo:
Cholangiocarcinoma landscape in Europe: Diagnostic, prognostic and therapeutic insights from the ENSCCA Registry. Laura Izquierdo-Sánchez (…) y Jesus M. Bañales (https://doi.org/10.1016/j.jhep.2021.12.010). Online in advance of the Journal of Hepatology, volume 76, issue 5 (May 2022) published by Elsevier.