Investigadores del Cima Universidad de Navarra, en colaboración con el CIBER de Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), el Hospital 12 de Octubre de Madrid, el Centro Francés de Porfiria y la empresa biotecnológica americana Moderna Inc., han confirmado la asociación entre la porfiria aguda intermitente y la resistencia a la insulina.
Las porfirias son un grupo de enfermedades raras o de baja prevalencia que afectan aproximadamente a 100 recién nacidos por año en Europa, entre 10 y 20 en España. Una de ellas es la porfiria aguda intermitente, que se manifiesta en forma de crisis agudas, con dolor abdominal, taquicardia, ansiedad y depresión, etc.
Se trata de una enfermedad causada por un error en el metabolismo del hemo, una molécula encargada de la producción de energía, entre otras funciones. El tratamiento convencional se basa en la administración de carbohidratos, como la glucosa. Sin embargo, la resistencia a la insulina podría afectar a su eficacia. “La glucosa tiene dificultad para entrar en las células. Dado que el cerebro o el corazón se alimentan exclusivamente de glucosa, la menor entrada de azúcar podría contribuir a aumentar los síntomas”, explica Antonio Fontanellas, investigador del Programa de Hepatología del Cima y del CIBEREHD y director del trabajo.
Para avanzar en el desarrollo de terapias más efectivas, el trabajo se ha centrado en conocer el grado de resistencia a la insulina que tienen los pacientes con esta enfermedad. “Realizamos un estudio en 44 pacientes españoles y comprobamos que aquellos que presentanesta resistencia reaccionaron aumentando la producción de insulina y mostraron mayor control de las crisis”.
Tras este resultado, los investigadores evaluaron en modelos animales el efecto de la coadministración de glucosa y una nueva insulina modificada para ser dirigida al hígado. “Nuestro estudio confirma que esta combinación proporciona una mejor protección frente al dolor”.
En paralelo, los investigadores del Cima han confirmado que la terapia con un mensajero de ARN para la porfiria, diseñado por la empresa Moderna Inc., es mucho más efectiva contra el dolor y normaliza la entrada de glucosa al cerebro. “Estos resultados nos abren una nueva vía para tratar esta enfermedad rara”, concluyen Karol Córdoba y Daniel Jericó, investigadores del grupo. Los resultados se han publicado en las revistas científicas Biomedicines y Molecular Therapy - Nucleic Acids.
El trabajo, realizado en el marco del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA) y del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), ha contado con financiación de la Fundación Mutua Madrileña, entre otras instituciones públicas y privadas