Investigadores del CIBERDEM en el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de València, están desarrollando una investigación sobre 'Evaluación nutricional morfofuncional de los pacientes en tratamiento con trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH)', que tiene como objetivos estudiar los cambios en la composición corporal en pacientes que se someten a este tipo de trasplante y analizar la relación entre diferentes parámetros de composición corporal y función muscular y la aparición de efectos adversos, tanto durante el ingreso hospitalario como durante el primer año post TPH.
INCLIVA ha presentado este proyecto en el contexto del Día Mundial de la Nutrición, que se celebra cada 28 de mayo para generar conciencia de la importancia de alimentarse adecuadamente para nutrir el cuerpo y tener buena salud.
El estudio supone un avance científico en un campo de elevado interés dentro de la nutrición: la composición corporal.
La investigación se está realizando en INCLIVA bajo la dirección de Miguel Civera Andrés, endocrinólogo del Grupo de Investigación sobre Riesgo Cardiometabólico y Diabetes, en colaboración con Juan Carlos Hernández Boluda, hematólogo del Grupo de Investigación en Neoplasias de Línea Mieloide. En la investigación participan también José T. Real Collado, jefe de grupo del CIBERDEM, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico e investigador de INCLIVA; Blanca Alabadí Pardiñes, investigadora predoctoral de INCLIVA y del CIBERDEM; Sandra Amores Alandí, nutricionista de INCLIVA; Ning Yun Wu Xiong, endocrinóloga del Hospital Clínico; y Francesc Febrer Pons, residente de endocrinología en el Hospital Clínico.
El TPH es un tratamiento potencialmente curativo de diferentes enfermedades hematológicas (de la sangre) como leucemias o linfomas, que, a pesar de los avances terapéuticos en el procedimiento, sigue siendo de alto riesgo nutricional. La alteración del estado nutricional del paciente puede reducir la eficacia del tratamiento, prolongar la estancia hospitalaria y provocar la aparición de patologías como la Enfermedad de Injerto Contra Receptor (una complicación del trasplante que ocurre cuando el material trasplantado ataca el cuerpo del receptor) y una mayor mortalidad.
Estudiar la composición corporal -cantidad de grasa y músculo que tiene un individuo- es una parte fundamental de la valoración del estado nutricional y es imprescindible para analizar los efectos que tienen una dieta, el ejercicio físico, una enfermedad o un tratamiento médico (como el TPH) sobre el organismo.
En este sentido, se espera que el presente estudio ayude no solo a valorar la evolución de la composición corporal del paciente a lo largo de todo el proceso del TPH, sino también a determinar qué parámetros predicen con mayor precisión los citados efectos adversos con el fin de prevenirlos, mediante una intervención nutricional previa al trasplante, garantizando una mejora de la calidad de vida y la supervivencia.
El estudio fue aprobado por el Comité Ético del Hospital Clínico a principios de 2022 y en febrero se inició el reclutamiento de pacientes, que se prevé que se prolongue a lo largo del año. A día de hoy, son 10 los pacientes en seguimiento, por lo que se espera alcanzar un total de 40 en este periodo. El proceso de recogida de datos se alargará hasta finales del 2023.
El estudio consiste en el seguimiento durante un año de adultos con patología hematológica que se van a someter a un TPH alogénico (en el que los donantes son principalmente familiares, por compatibilidad, aunque pueden ser otros donantes).
A lo largo de este año se realizarán un total de 5 consultas en la Unidad de Composición Corporal del Hospital Clínico- INCLIVA (en la última semana antes del ingreso y a los 30, 60, 180 y 360 días post TPH) y 3 consultas en la sala de hospitalización (en el día del TPH y los días 7 y 14 post TPH).
En las visitas en las que los pacientes acuden a la Unidad de Composición Corporal se realizará una valoración muy completa mediante diferentes técnicas: densitometría de cuerpo entero, impedancia bioeléctrica (que, además de indicar el peso, estima los kg de grasa y músculo del cuerpo) y ecografía muscular, así como una dinamometría para valorar la fuerza muscular. En las visitas durante la hospitalización, se realizará únicamente una valoración de la composición corporal mediante impedancia bioeléctrica y una valoración de la fuerza muscular, puesto que los pacientes se encuentran en aislamiento. En todas ellas se valorará el estado nutricional.
Para la realización de la densitometría de cuerpo entero y la impedancia bioeléctrica se cuenta con los equipos obtenidos a partir de los Fondos FEDER, dentro de la Estrategia de Fragilidad, que se encuentran dentro de la Unidad de Composición Corporal.